lunes, 23 de octubre de 2017

LA CONSPIRACIÓN NORTEAMERICANA II (JOHN KEEL)


 En noviembre de 1966, cuatro jóvenes de Point Pleasant, Virginia Occidental, informaron acerca de un encuentro escalofriante con un monstruo de dos metros y medio de altura que tenía los ojos de un color rojo incandescente y una complexión de tres metros y medio. La prensa le puso el nombre de Mothman (Hombre Polilla), y en el transcurso del año siguiente más de cien habitantes de Virginia Occidental también lo vieron. 
 Si tan sólo hubiera sido otro de los tantos monstruos peludos de tres metros y medio de altura que son reportados de cuando en cuando en toda la Unión Americana, yo hubiera ignorado dicho informe. Después de todo, las observaciones de Big Foot eran sumamente numerosas. Sin embargo, la criatura que apareció en Virginia Occidental tenía alas, podía elevarse y mantenerse en línea recta como un helicóptero y le gustaba perseguir automóviles a una velocidad de 130 kilómetros por hora. En poco tiempo se convirtió en mi destino. 
 Decidí consultar a Iván T. Sanderson, el experto en animales. Estaba muy ocupado tratando de archivar un torrente de informes acerca de canguros en Nueva Inglaterra (él los llamaba los "marsupiales misteriosos"; cada año aparecen inesperadamente en distintas regiones de los Estados Unidos esos canguros fantasmas, Iván Sanderson era una de las pocas personas que se preocupaban por este tipo de fenómenos). Nunca había vuelto a Virginia Occidental desde que en 1952 apareció allí el monstruo de Florida. Esta criatura llegó a la Tierra en un objeto volador luminoso y acompañado por un hedor insoportable. Algunos de los testigos perdieron el conocimiento y un perro regresó vomitando durante todo el trayecto a su casa. Ahora bien, ¡ése era un verdadero monstruo!

EN BUSCA DE MOTHMAN. APARECEN LOS OVNIS 

Ese diciembre manejé unos mil kilómetros sin Iván Sanderson, y al llegar a Point Pleasant me encontré con un pequeño poblado tranquilo, de 6,300 habitantes, decenas.de iglesias y ninguna cantina pública. Las apariciones de Mothman habían ocurrido en un depósito de municiones de la Segunda Guerra  Mundial abandonado, que se encontraba en uno de los extremos de dicho poblado. Pero fueron mucho más intrigantes las innumerables observaciones de Objetos Voladores No Identificados que tuvieron lugar, durante todo el año por todas partes del río Ohio. Cada noche, a las 8:30, se veían pasar por Point Pleasant luces misteriosas tan brillantes como un diamante, y siempre aparecían a una hora precisa. Decidí hacer algo que los integrantes de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y los entusiastas fanfarrones interesados en los.Objetos Voladores No Identificados nunca habían pensado hacer. Tomé la determinación de investigar a fondo la situación, en lugar de mantener solamente conversaciones con los testigos. 
 Después de transcurrir algunos días, comenzó a surgir otro panorama mucho más amplio. En esa región no solamente aparecían luces aéreas extrañas, sino que también los hogares de los testigos estaban atestados de espíritus que producían ruidos inexplicables y otros fenómenos "sobrenaturales".
Los aparatos de televisión se fundían y alcanzaron unos índices en verdad alarmantes. Los teléfonos enloquecieron, sonando a todas horas durante el día y la noche, y nadie contestaba del otro lado de la línea. Algunas personas recibían llamadas telefónicas de extranjeros misteriosos que hablaban un idioma totalmente desconocido. Por detrás de las colinas de Virginia Occidental circulaban Cadillacs negros conducidos por hombres con aspecto oriental.


 OVNIS, MONSTRUOS, FENÓMENOS PSÍQUICOS Y CASOS SOBRENATURALES 

Mientras yo intentaba esclarecer todas estas cosas, Mothman pasó a un segundo plano en importancia. Durante varios años había estado investigando las más extrañas manifestaciones físicas en todo el mundo y pude reconocer el patrón que seguían las de aquí. Algunos Objetos Voladores No Identificados estaban relacionados en forma directa con la conciencia humana, del mismo modo que las apariciones de fantasmas con frecuencia son el producto de mentes perceptivas. Hay factores psíquicos y psicológicos profundamente involucrados con el fenómeno OVNI y la aparición repentina de una luz en el cielo, desata y libera la energía humana que aparentemente provoca los acontecimientos sobrenaturales. No podemos definir la naturaleza exacta de esas luces, pero podemos catalogar a las numerosas manifestaciones que las acompañan y podemos demostrar cómo ocurren manifestaciones idénticas en distintos marcos de referencia. Las apariciones religiosas se pueden considerar como parientes cercanos de otros fenómenos imponentes, como el caso de Michael Rennie que afirma proceder de Ganímedes, Urano o Clarión (un planeta desconocido que se encuentra del otro lado del Sol) y de otra docena de lugares absurdos. El "milagro" de Fátima, Portugal, ocurrido en 1917, fue sin duda alguna la observación de un Objeto Volador No Identificado mejor documentada de todos los tiempos (hubo 70,000 testigos) y también sin duda se puede afirmar que ha sido el caso que se ha investigado más minuciosamente. 
 Por desgracia, las personas ligadas a los platillos voladores no llenen ningún interés en los fenómenos psíquicos y viceversa. Todos los que estaban ocupados tratando de atrapar a un Big Foot, desaprobaban todas las otras formas de espectros y cosas sobrenaturales. De hecho, las serpientes marinas, los abominables hombres de las nieves, los espíritus chocarreros, las lluvias de ranas y los OVNIS están interelacionados. No se puede investigar ninguno de los anteriores fenómenos sin tener conocimiento sobre todos los demás. Por ejemplo, los "hombres de negro" (MIB) tan famosos dentro de la ciencia de los OVNIS son más conocidos en las historias de brujería y dentro de la magia negra. Durante miles de años se han presentado informes acerca de estos misteriosos hombres. Los entusiastas de los platillos voladores decidieron que eran agentes de la CIA. Sin embargo, otro grupo de superentusiastas opinan que una liga secreta de hombres millonarios anda rondando por el mundo entero y que los "hombres de negro" son sus subordinados. En el Lejano Oriente, donde todavía prevalece la creencia secreta en un "rey del mundo", la gente piensa que los MIB son los agentes de las ciudades subterráneas clandestinas de ese "rey" oculto. En Virginia Occidental, los propios "hombres de negro" se hicieron pasar por todo tipo de gente, desde vendedores de Biblias hasta censores. 

 LA CONSPIRACIÓN TELEFÓNICA 

Cuando regresé a la ciudad de Nueva York, después de mi primer viaje a Virginia Occidental, mi propio teléfono enloqueció. Al principio solamente tenía problemas con la comunicación cuando le llamaba a Iván T. Sanderson a Nueva Jersey. El usaba uno de esos caprichosos aparatos telefónicos seudo-independientes y con frecuencia se arruinaba la conversación por la estática y si no, se cortaba la conversación repentinamente. Ivan Sanderson resolvió el problema gritando malas palabras en el teléfono cuando sucedía esto. Aunque parezca extraño, eso le funcionó. No era raro que al estar conversando con este hombre tan serio, de pronto escucháramos unos clics y otros ruidos que hacían que mi amigo guardara silencio y después vociferara: " ¡Salte de esta línea, maldito hijo de. . .!". Entonces los ruidos en la línea cesaban bruscamente. 
 En poco tiempo mis problemas se intensificaron. Alguien interrumpía mis conversaciones telefónicas con un sonido parecido al de una guitarra de una sola cuerda. Se podía escuchar con toda claridad el ruido de una extensión que se descolgaba. La compañía de teléfonos, obviamente, ignoraba mis quejas, hasta que un día decidí escribir una carta dirigida al presidente de la compañía. Después se armó un gran revuelo. Revisaron mi línea telefónica y felizmente me informaron que no encontraron una toma de corriente en mi alambre... ¡había dos! Les exigí que descubrieran quién estaba interviniendo mi teléfono pero me respondieron que no podían hacer eso. 
 Yo vivía en un gran edificio de departamentos, y en el sótano del edificio estaba el cuarto de teléfonos, donde miles de alambres convergían y se conectaban con los cables subterráneos. De alguna forma alguna persona se las ingenió para entrar en este cuarto encerrado, y de entre los miles de alambres de los demás localizó los míos y los cortó con un par de alicates.Ese alguien hizo esto no solamente una vez, sino dos. Acompañé al mecánico cuando verificaron mi línea telefónica y la segunda vez les exigí que informaran por escrito todo lo que sucedía. Entonces alguna persona de la oficina general me envió una carta en la que se me explicaba que mi teléfono había dejado de funcionar porque en la instalación principal se había desprendido un pedazo de soldadura!
  La compañía de teléfonos y telégrafos de Estados Unidos (Ma Bell) no era la única fuerza activa dentro de la conspiración de los platillos voladores. También mi cartero se encontraba dentro de ella. Repentinamente mi correspondencia empezó a extraviarse, o bien, me llegaban las cartas misteriosamente abiertas. Fue en ese momento cuando me enteré de que estaban censurando mi correspondencia: alguien fotocopiaba las cartas que me enviaban, se quedaba con el original y me enviaban de nuevo las fotocopias de mis cartas en el sobre original. Incluso fotocopiaban las cartas que me escribía mi mamá! 
 Ahora puedo entender por qué muchos de los entusiastas de los. OVNIS sufrían de paranoia. Evidentemente, se desperdició una gran cantidad:de dinero, tiempo y personal en todo este acosamiento estúpido. Un amigo mío, que una vez trabajó en el Departamento de Inteligencia de la Armada, me explicó cómo su unidad se entretenía arrastrando y atormentando a víctimas  totalmente inocentes. Llegué a sospechar que a alguna de esas despreciables e inútiles oficinas burocráticas se le había designado la tarea de encargarse de la novedad de los Objetos Voladores No Identificados, no sin algo de mala intención, sino también para darles algo qué hacer. Con el tiempo descubrí que otro teléfono se había conectado con mi línea y que se podían escuchar mis conversaciones telefónicas, mientras que yo pagaba sus cuentas de teléfono; llegué a pagar 400 dólares al mes. Además mi correspondencia primero llegaba a otra dirección y después arribaba a mis manos. Lo que más me impactó fue que la otra dirección correspondía a ¡una construcción de la compañía de teléfonos y, telégrafos Ma Bell, donde se encontraba el equipo para las llamadas de larga distancia! Una prueba irrevocable de que la compañía de teléfonos estaba tramando asumir la dirección del mundo. 

EL SÍNDROME DE LOS CONTACTADOS 

Mientras tanto, en Virginia Occidental, Mothman seguía persiguiendo automóviles: Durante 1967 regresé varias veces a Point Pleasant, y en cada viaje siempre aprendí algo nuevo acerca del fenómeno. Varios contactados (personas que creen haberse encontrado con los ocupantes de un platillo volador) surgieron y yo los hipnotizaba y los estudiaba con mucho cuidado. Me percaté de que estas personas tenían dos niveles de memoria. En el primer nivel, el superficial, al encontrarse bajo el efecto de la hipnosis recordaban una aventura fascinante, que con frecuencia era que los habían llevado muy lejos en un maravilloso Platillo.volador. No obstante, el nivel más oculto, que era difícil de lograr y que por lo general necesitaba de varias sesiones de hipnosis para alcanzarlo, rechazaba el falso recuerdo (confabulación) y describía una situación completamente diferente. A la mayoría de estos contactados se les envió a un camión de carga cubierto o a una casa donde fueran sometidos a las técnicas de lavado de cerebro y se les inyectaba una sustancia desconocida. Después se les daba una plática para que la recordaran y se les dejaba en libertad. 

DE LOS CONTACTADOS A LAS MUTILACIONES 

Sin embargo, aunque hice todo mi esfuerzo, no pude descubrir quién hacía todo esto. Todo el síndrome de los contactados era un fraude, pero los contactados eran víctimas inocentes. ¿Por qué alguien iba a tornarse todo este trabajo para producir a los contactados? Muchos habitantes de Virginia Occidental me dijeron que habían visto unos camiones de carga extraños, cubiertos y sin letrero, que atravesaban los caminos durante la noche. 
 Otra cosa que me preocupaba era la difundida matanza de animales caseros de granja y domésticos que sucedían durante las oleadas de OVNIS. Los animales, por lo general vacas, ovejas y perros, yacían muertos con la sangre totalmente vaciada de sus cuerpos y con los órganos sexuales extraídos con una precisión quirúrgica asombrosa. Vi a una vaca cortada por la mitad con tanta perfección que parecía que lo habían hecho con un enorme par de tijeras. Al principio, durante la década de 1960 a 1970, estas mutilaciones de animales se confinaban a la zona noreste de esa región, pero durante la década siguiente, se difundieron por el oeste medio. Ahora se informa con regularidad acerca de estos casos en Suecia, Francia, Australia, Brasil y en muchos otros países. Cada mes se mutilan cerca de 1,000 animales, y alguien en alguna parte del mundo está coleccionando toneladas de sangre animal. Aun cuando miles de granjeros protestan con furia, el gobierno federal de los Estados Unidos no ha demostrado ningún interés en investigar dicho problema. En México, durante 1979, se dieron varios casos de mutilaciones humanas que resultaron idénticas a las de los animales. 


¿EXTRATERRESTRES? 

Pasé muchos días miserables en Virginia Occidental, atravesando los campos de las granjas para examinar a los animales mutilados, y también muchas noches heladas y pavorosas en las cumbres de las colinas donde vi unas luces retozonas y graciosas que aparecían en el cielo. Cuando les hacía señales con una linterna eléctrica de mano, siguiendo la clave Morse, en realidad, me respondían. Si yo les enviaba la señal de desciendan, se dejaban caer con un movimiento semejante al que hace una hoja al desprenderse de un árbol, ese movimiento que se ha hecho tan famoso en muchos de los artículos publicados sobre el tema. 
 ¿Eran naves espaciales que provenían de otro mundo? No precisamente. Más bien parecían masas traviesas de energía que jugaban burlonamente con un ser humano bastante ingenuo. Como bobalicón profesional que soy, he visto tal cantidad de estas luces extrañas, que en verdad ya he perdido la cuenta. La cantidad absoluta de estos objetos y la frecuencia de sus apariciones niegan rotundamente la hipótesis extraterrestre. Durante las oleadas de OVNIS, éstos aparecieron en miles de lugares alrededor del mundo, en forma simultánea y en una sola fecha. ¿Acaso una sociedad de algún otro planeta nos envía miles de naves a este mundo para revolotear alrededor de los depósitos de basura, de las canteras de piedra, de los campos de golf y de los cementerios (todos ellos son los lugares favoritos de los OVNIS) durante una noche o bien durante una semana, para después volar de regreso a su hogar atravesando millones de kilómetros en el espacio?. Estas cosas han rondado por aquí durante miles de años y se les ha visto en los mismos lugares siglo tras siglo. Forman parte de nuestro medio ambiente, lo mismo que las nubes y la contaminación. 
De acuerdo a la hipótesis de John.A. Keel, los panteones ejercen una gran atracción sobre los Ovnis
¿QUIMERAS... SOLO QUIMERAS? 

Mothman, al igual que los canguros fantasmas de Iván T. Sanderson y el temible Big Foot, pertenecen a esa clase de bestias conocidas por los antiguos griegos como "quimeras". Los griegos observaron que, por lo general, esos animales tenían los ojos de color rojo ardiente, que a menudo aparecían acompañados por el olor del "fuego del infierno" (sulfuro de hidrógeno) y con frecuencia desaparecían tan repentina y misteriosamente como habían llegado. En innumerables casos de OVNIS encontramos todas estas características. El Objeto Volador No Identificado está rodeado por un hedor insoportable, un olor parecido al de los huevos podridos (de nuevo se trata del sulfuro de hidrógeno), que algunas veces hacen que el testigo se enferme. Las criaturas salen del aparato y dejan  pisadas que se encaminan al centro de un campo lodoso, donde repentinamente se esfuman. Co bien no dejan ninguna clase de hullas. Las "quimeras" adquieren varias formas. Hace unos cuantos años circularon informes bastante fiables acerca de dinosaurios que rondaban por los alrededores de  Italia, Francia, África e incluso por Texas. Algunos de ellos dejaron huellas perfectamente claras de pisadas que correspondían a las de un dinosaurio. Las huellas que dejó Mothman se parecían a las de un perro gigante; Otras pisadas semejantes se han encontrado encontrado en muchas regiones donde han aparecido otros tipos de monstruos. Incluso las serpientes gigantes -y tenemos bastantes informes acerca de ellas- han dejado huellas de su paso por esta Tierra.
  Cuando uno investiga minuciosamente una zona azotada por OVNIS, todo el fenómeno empieza a parecer como una broma pesada y fuerte urdida por unos cuantos bromistas cósmicos. No se encuentra principio ni fin algunos. Lo que sucedió en 1966 en Virginia Occidental se repitió en Texas en 1976, cuando un ave gigante, identificada por los testigos que la observaron como un pterodáctilo prehistórico, hizo una breve aparición. 

LA GRAN BROMA CÓSMICA 

Ahora sabemos que muchos de los acontecimientos que suceden en el país de los OVNIS son entretenimientos ingeniosos. Mientras los ciudadanos armados avanzan en cierta dirección hacia la cacería de los no identificados, a los animales en un campo, en la dirección opuesta, se les mutila repentinamente. Durante varias semanas, Mothman mantuvo a todo un poblado sentado en un viejo depósito de municiones, mientras que a sólo unas cuantas millas de distancia se llevaban a cabo mutilaciones de animales y secuestros de individuos. 

¿LA CIA Y LA GUERRA FRIA DETRAS DE TODO? 

Incluso en la actualidad, después de haber transcurrido más de 30 años de todo esto, hay solamente unos cuantos hombres en el universo que tienen una comprensión real y verdadera, de la situación, y todos ellos comparten su condición de anónimos. Los investigadores de OVNIS más sobresalientes, practican las versiones modernas de ese ejercicio medieval consistente en contar cuántos ángulos se pueden encontrar en la cabeza de un alfiler. El doctor Jacques Vallée, el especialista francés en computación que sirvió como modelo para el personaje de Lacombe en la película Encuentros cercanos del tercer tipo, durante 30 años trató de desenredar los hilos falsos que dejaron los bromistas cósmicos y sacó en conclusión que todo ese asunto era el trabajo desempeñado por los miembros de la orden secreta de Melquizedek (aproximadamente hay quinientas órdenes de Melquizedek dispersas por todo el mundo). 
 En la antigüedad, se les echaba la culpa de estas manifestaciones a los practicantes de la magia negra, a las brujas, a los alquimistas, al reino de las hadas, a los rosacruces y a los gitanos. Ahora sabemos que quienquiera que sea el que está detrás de todo esto, tiene la capacidad suficiente para emplear técnicas avanzadas de hipnosis y lavado de cerebro. El doctor León Davidson, uno de los hombres que nos proporcionó la bomba atómica ( ¡gracias, doctor!), estudió durante varios años la situación de los Objetos Voladores No Identificados, y finalmente decidió que todo era una maniobra, muy al estilo de la guerra fría, ideada por la CIA. 

LAS TEORÍAS Y LA COMPLEJIDAD DEL FENÓMENO 

Durante la década de 1960 a 1970, cuando la manía por los OVNIS se extendió hasta Tashkent en la Unión Soviética, la agencia oficial de noticias Tass publicó un comunicado de prensa en el que se acusaba a los imperialistas de Occidente de ser los causantes de todo. Iván T. Sanderson sólo chasqueó la lengua y escribió un libro donde explicaba que los Objetos Voladores No Identificados venían de ciudades que se encontraban en el fondo de nuestros océanos. Ray Palmer, el hombre que hizo furor cuando era editor de Amazing Stories ( Historias Asombrosas), alrededor de la década de los cuarenta, creía que la Tierra estaba hueca y  que los Objetos Voladores No Identificados salían de ciertos hoyos que se encontraban en los polos Norte y Sur. 
 Esta situación es infinitamente más compleja que cualquiera de las simplistas explicaciones que se han propuesto. Si los Objetos Voladores No Identificados son reales, y si son de origen extraterrestre, entonces los patrones indican que son hostiles por completo. Si este es el caso, entonces el procedimiento adecuado que debería seguir el gobierno de los Estados Unidos sería establecer un frente falso en Puerto Rico para encargarse de los informes fortuitos y sosegar al público, mientras que una agencia secreta hace un verdadero esfuerzo para salir adelante con el problema. Si no son reales y solamente forman parte del mundo salvaje de los fenómenos psíquicos y de las "quimeras", pues entonces no hay nada que pueda hacerse y no se puede esperar que ninguna investigación resulte fructífera. Así es que se trata de un dilema sin solución para los civiles sabuesos de platillos voladores, pero con una camisa de fuerza como recompensa. 

¿CÓMO TERMINARA TODO? 

Me gustaría poder informarles que el episodio con Mothman tuvo un final feliz y que los habitantes de Point Pleasant volvieron a sus  industriosas vidas normales. Desgraciadamente, trece meses después del día en que la criatura hizo su primera aparición, un tremendo desastre arrasó el pequeño poblado. El puente que unía a Point Pleasant con Ohio se derrumbó a la hora de mayor afluencia de tránsito y murieron 52 personas. Muchas de esas personas habían visto a Mothman, y/o platillos voladores. La criatura volvió a aparecer un par de veces después de la catástrofe del puente, y después se esfumó para siempre.
  Luché contra la Compañía de Teléfonos y Telégrafos (Ma Bell) hasta que pude. Mis artículos en revistas OVNIS me acarrearon multitud de visitantes inoportunos que llegaban hasta mi casa. Un señor gastó sus últimos centavos para comprar un boleto de autobús desde Florida, llegó sin avisarme y tenía la firme intención de mudarse conmigo para así poder contarme la visita que le había hecho la Virgen María. Un inesperado número de personas vino conmigo para mostrarme las fotografías de OVNIS que habían tomado, y tenían la esperanza de venderlas a precios exageradamente elevados. Algunas de las fotografías eran muy interesantes y sus fotógrafos se desconcertaron hasta el extremo cuando se enteraron de que el precio que se pagaba para publicarlas en las revistas y en los servicios cablegráficos de noticias era de sólo diez dólares. Las buenas fotografías de este tipo siempre ha existido en abundancia en las agencias comerciales. 
 Lo más irónico de todo es que entre cada cinco o siete años comienza un nuevo ciclo de Objetos Voladores No Identificados, y los editores nuevos en sus puestos y los escritores se dirigen a la Fuerza Aérea norteamericana y a los clubes de civiles de platillos voladores en espera de una respuesta inmediata. Recientemente el doctor J. Allen Hynek, hablaba en tono irónico acerca de que dentro de 25 años estaríamos comerciando con los extraterrestres. Ignoro qué esperarán de nosotros, pero abrigo la esperanza de que sea más sangre de ganado.  


Revista Contactos Extraterrestres n°95 (20 de Agosto, 1980)

viernes, 13 de octubre de 2017

LA CONSPIRACIÓN NORTEAMERICANA CONTRA LOS OVNIS (POR JOHN KEEL)

Comprometido personalmente con la historia que nos cuenta, un verdadero experto en Ovnis denuncia aquí la forma tan mezquina en que la fuerza aérea norteamericana y sus secuaces trataron de silenciar toda la información disponible sobre la realidad del fenómeno Ovni.

La Compañía de Teléfonos y Telégrafos de los Estados Unidos (Ma Bell) odia al Departamento Federal de Investigación Criminal (FBI).
 El FBI detesta a la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
  La CIA no congenia con el Departamento de Inteligencia de la Fuerza Aérea.
  Y ninguna de las organizaciones anteriores se puede considerar como un digno rival para el Gran Consejo Intergaláctico, cuyo centro de operaciones se encuentra en Ganímedes, uno de los satélites del planeta Júpiter que ha salido a la luz para confundir, dejar perpleja, denunciar y, por último, aniquilar a toda la raza humana. Mientras formulan sus diabólicos planes a largo plazo en contra de nosotros, ya han lanzado miles de objetos extraños para repartir su propaganda y para convencernos de que la gente de los platillos voladores son humanoides amables, benévolos y amantes de la paz. Si usted se encuentra entre los millones de personas que se han creído este cuento cósmico, si usted cree que los platillos voladores son reales y que son de origen extraterrestre, entonces le aconsejamos que comience a cavar un refugio profundo en su patio, puesto que todas las pruebas que se han acumulado durante los últimos 33 años indican que el Gran Consejo Intergaláctico ha estado ocupado en una operación sumamente complicada, que mantiene sumergidas a nuestras ineptas burocracias en una confusión total, a nuestros servicios militares encogidos por la cobardía y a nuestros sobresalientes científicos mascullando consigo mismos, encerrados en habitaciones acolchadas.


HACE 20 AÑOS QUE LOS OVNIS SON NOTICIA

Durante 20 años fui un fiel creyente en las inteligencias extraterrestres. Me puse al frente de la causa sagrada de los Objetos Voladores No Identificados incluso antes de que un hombre de negocios del estado de Idaho, llamado Kenneth Arnold, publicara en 1947 el primer artículo acerca de los platillos voladores. Todavía cuando era un niño ya estaba influido por el trabajo de Charles Fort, un escritor que se pasó la vida investigando en viejos periódicos y revistas con el objeto de rastrear y rescatar los informes olvidados sobre los extraños objetos aéreos y los animales bizarros del siglo XIX. La primera oleada de testimonios acerca de Objetos Voladores No lndentificados durante este siglo empezó en 1909, anticipándose a los patrones básicos de las últimas oleadas. De hecho, esos primeros objetos, a los que con frecuencia se les llamaba "dirigibles", siguieron las mismas rutas que actualmente recorren los platillos voladores modernos desde Nueva Zelanda hasta Oklahoma. El señor Fort buscó una explicación para esas observaciones y afirmó, con bastante regocijo, que nosotros éramos los huéspedes de las "gentes" que vivían en el cielo. (También propuso la hipótesis de que el firmamento tal vez sea una farsa y las estrellas solamente luces que cuelgan de cuerdas a una distancia de miles de kilómetros sobre nuestras cabezas).
 El señor Fort no contaba con ninguna prueba, aparte de los recortes de periódicos raídos, y como Verdadero Creyente (VC) que soy, yo tampoco requiero de ninguna. En el año de 1952 escribí y produje un programa de radio titulado Objetos en el Cielo, que se transmitía por toda Europa y que como efecto inmediato recibí una enorme cantidad de correspondencia. Entre 1947, el comienzo de la época moderna, y 1966, el año de la oleada más grandiosa de Objetos Voladores no Identificados, sucedieron muchas cosas misteriosas en el seno del gobierno de los Estados Unidos y también entre los civiles que perseguían platillos. El caos era total y cualquier persona que intentara entender el panorama que presentaban los OVNIS estaba condenada a la frustración. Los dementes tenían las riendas del poder, particularmente dentro del gobierno, y los civiles entusiastas de los misteriosos objetos voladores, junto con sus atolondradas organizaciones, comenzaron a dedicarse en forma diligente a estudiar los casos más importantes porque no se conformaban con las explicaciones oficiales. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos, de vez en cuando, llevaba a cabo sus investigaciones características y cada año publicaba una hoja donde resumía el número de testimonios y así sucesivamente. Ese esfuerzo se desarrolló en una forma tan desvergonzada que, año tras año, las columnas de cifras se sumaban de modo incorrecto y las estadísticas básicas se alteraban y falsificaban en forma despiadada. Un catedrático universitario, contrató a varias personas para que encontraran algunas explicaciones astronómicas de las observaciones de OVNIS, y a menudo les echaban la culpa a estrellas y cuerpos celestes que ni siquiera se percibían en el firmamento en el momento de la observación. Era la época de las Grandes Mentiras y los entusiastas de los Objetos Voladores No Identificados estaban tan distraídos con las absurdas intrigas de la Fuerza Aérea que les quedaba muy poco tiempo para investigar seriamente el fenómeno.
  De hecho, durante los primeros 19 años de los Pequeños Cobardes Melodramáticos, no descubrimos nada más acerca de los platillos voladores que lo que habíamos aprendido durante las primeras semanas de julio de 1947, cuando el novelista Tiffany Thayer y los audaces miembros de su Sociedad Forteana le anunciaron al mundo entero que estábamos recibiendo visitantes del planeta Venus. (Por cierto que en 1932, cuando Tiffany Thayer fundó la Sociedad Forteana, el propio Charles Fort se rehusó a inscribirse en ella, alegando que si lo hubiera hecho no tardaría mucho en verse obligado a afirmar que se aliaría con los Alces). A pesar de todo, Tiffany Thayer tenía una influencia muy poderosa y, durante más de un cuarto de siglo, sus ideas políticas tan peculiares dominaron el terreno de los Objetos Voladores No Identificados. Estaba convencido de que el gobierno de Estados Unidos se encontraba involucrado en una conspiración masiva de silencio respecto a cualquier cosa extraña.


LA CONSPIRACIÓN

 En 1966, un editor de la revista Playboy me comprometió en una reyerta acerca de los platillos voladores, porque quería publicar un artículo "definitivo" sobre el tema. El primer paso lógico que se tenía que dar era el de conseguir expertos en la materia. Muy pronto me di cuenta de que no existía ninguno. Había individuos que se autodenominaban "especialistas", pero todos ellos se revolcaban en egocéntricos delirios de grandeza, y todos peleaban sin tregua con sus compañeros "expertos". En este campo la paranoia estaba difundida por todas partes, y cada uno de los adolescentes y de las pequeñas viejecitas que usaban zapatos de tenis y que estaban involucrados con la cacería de Objetos Voladores No Identificados, tenían la plena convicción de que el gobierno de Estados Unidos, y en forma especial la Fuerza Aérea y los agentes de la CIA, gastaban millones de dólares para violar su correspondencia y para intervenir sus teléfonos. También había una gran superposición de extremistas de derecha, y de muchas de las creencias más extravagantes tipo la Sociedad John Birch, e incluso el Ku Klux Klan, que de alguna manera se relacionaban con la ciencia popular de los platillos voladores. Los legendarios Iluminados -esos místicos secretos que siempre están de moda en el mundo— reemplazaron a los comunistas cuando surgió de nuevo la amenaza de extrema derecha durante el decenio de 1960 a 1970, y pronto los investigadores de Objetos Voladores No Identificados empezaron a mirar con desconfianza a todos, aun sin reconocer a ningún Iluminado aunque se los pusieran frente a sus narices.El Comité Nacional de Investigaciones sobre Fenómenos Aéreos (CNIFA) que en aquel entonces se encontraba en Washington, en un momento determinado casi se vino abajo cuando el director de dicho grupo rechazó a un voluntario negro. Solamente podían inscribirse los hombrecitos de color verde.
  Durante el decenio de 1950 a 1960, se publicaron muy pocos libros cuyo tema central eran los Objetos Voladores No Identificados, y la mayoría caían dentro la categoría de excéntricos; por puesto, hoy resulta casi imposible conseguir un ejemplar de esos. (Incluso el promedio de libros sobre OVNIS que se venden hoy día oscila entre los 3,000 ejemplares, lo que constituye una cantidad patéticamente reducida si se toma cuenta la tremenda publicidad que ha recibido el tema).


SANDERSON, LA FUERZA AEREA Y YO

El zoólogo Iván T. Sandersort. escritor y personaje muy famoso de la televisión norteamericana, tenía una biblioteca con algunos. de los mejores libros. Vivía en una granja de una región despoblada al norte de Nueva Jersey. Era un británico carismático que, por lo general, estaba rodeado por una multitud de visitantes; sin la ayuda de nadie Sanderson dio a conocer al
público norteamericano el tema del Abominable Hombre de las Nieves y el de Pata Grande (Big Foot). Nos conocimos en una forma muy original, porque una vez yo me decidí a seguir las huellas en el Himalaya del escurridizo Abominable Hombre de las Nieves, e Iván estaba elaborando un libro que debía incluir la mayoría de esos horrores cubiertos con pelo. También desde hacía mucho tiempo él era un observador del tema de los Objetos Voladores No Identificados, y al comienzo de mi entrevista con él me dio el mejor consejo que he recibido en toda mi vida. Me advirtió: "No tomes esta ocupación de los platillos voladores con exagerada seriedad; debes de concebirla solamente como si fuera un ejercicio intelectual".
 Hice varios viajes a Washington y también fui al Pentágono con el firme propósito de demostrar objetivamente la posición de la Fuerza Aérea acerca de la controversia. La mayoría de los oficiales me mintieron en forma abierta y repetidamente respecto a varios asuntos. Me di cuenta de que el famoso Proyecto Bluebook de hecho se encontraba en manos de un sargento sin escrúpulos. Sus archivos parecían un verdadero chiquero. Las investigaciones que hacía tenían como fundamento una farsa. Su mayor angustia era que el público se diera cuenta de que no se sabía nada sobre platillos voladores y de que el campo de acción de dicho fenómeno era mucho más amplio de lo que cualquier observador indiferente pudiera imaginar. En aquel entonces los Objetos Voladores No Identificados estaban (y están) eludiendo con bastante éxito nuestros sistemas defensivos y aterrorizando con frecuencia en las granjas, en las carreteras, e incluso —aunque usted lo crea o no—en las pistas de aterrizaje de los aeropuertos. Desde hace muchos años han estado provocando varios daños considerables en distintas propiedades. La Fuerza Aérea de Estados Unidos no ha podido protegernos de sus intrusiones, y el FBI y otras agencias cuya función es aplicar la ley no han podido detenerlos en su infracción constante de nuestro territorio. Así es que durante años ha existido una táctica confusa para encubrir todas estas cosas dentro de un execrable patrón de maniobras burocráticas.

LA HISTORIA REAL DE LA FUERZA AÉREA

Mucho tiempo antes de que la Fuerza Aérea publicara el Proyecto Grudge, en 1949, Tiffany Thayer y sus compañeros comenzaron a gritar: " ¡Cúbranse por completo!". El Proyecto Grudge era una obra de 600 páginas que pretendía demostrar que todos los Objetos Voladores No Identificados eran nubes, globos atmosféricos, estrellas errantes o enjambres de abejas. Se llamó a varios físicos y astrónomos para que contribuyeran con sus escritos científicos a fundamentar esta farsa. Ninguno de ellos se molestó en investigar ni un solo caso de OVNIS, pero cada uno de ellos recibió un promedio de 5,000 dólares por su cooperación para dicho proyecto.
 La historia real es más interesante y resultó mucho más cara. En 1947, al Comando Aéreo Técnico de Inteligencia (CATI) que se encuentra en la Base de la Fuerza Aérea Wright-Patterson en Ohio, se le asignó la tarea de investigar la novedad de los Objetos Voladores No Identificados. El CATI estaba integrado por expertos del departamento de inteligencia con bastante experiencia, quienes se dedicaron de lleno a su trabajo con gran habilidad y entusiasmo. Un año más tarde, elaboraron un informe que se titulaba: Evaluación estrictamente confidencial sobre la situación. Sus conclusiones eran que los OVNIS eran reales, que no provenían de Rusia y que podrían ser de origen extraterrestre. La evaluación llegó a las manos del jefe de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, el general Hoyt Vandenburg, y del secretario de Defensa, James V. Forrestal. El general Vandenburg también ha ocupado el puesto de jefe del Grupo Central de Inteligencia (GCI), precursor de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) hasta el primero de mayo de 1947 cuando fue substituido por el contralmirante Roscoe H. Hilienkoetter. El general Vandenburg, de hecho, no solamente era la persona que estaba a la cabeza de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, sino que también era un miembro altamente respetado de la comunidad de inteligencia. El fue quien ordenó al CATI que dejara de inmiscuirse en el asunto de los platillos voladores y que se abstuviera de publicar esa negativa pública, la cual más tarde negativa pública, la cual más tarde se convertiría en el Proyecto Grudge. Después decidió volcar el "problema" de los Objetos Voladores No Identificados sobre el secreto GCI, aun cuando el presidente Truman ya había limitado el campo de acción del GCI al prohibirle que operara dentro de Estados Unidos de Norteamérica. 
 La reacción del señor Forrestal ante la Evaluación estrictamente confidencial fue mucho más personal. De acuerdo a lo que se publicó en los informes periodísticos de esos días, se dijo que salió corriendo por todos los corredores del Pentágono gritando: " ¡Nos están invadiendo y no podemos detenerlos!". Estaba convencido de que su teléfono estaba intervenido y se lo llevaron, contra su voluntad, a un hospital. Aunque lo pusieron en una habitación de un piso bajo, de alguna manera consiguió que lo instalaran en un piso más alto, desde donde se aventó por la ventana y se suicidó.   Algunos años más tarde, el contralmirante Hillenkoetter se hizo miembro del consejo directivo del Comité Nacional de Investigadores sobre Fenómenos Aéreos (CNIFA).


 EL FRAUDE CONDON

En 1949, después del Proyecto Grudge, la Fuerza Aérea de Estados Unidos intentó acabar con toda esta realidad. No obstante, hay suficientes pruebas que indican que alguien estuvo estudiando en forma bastante entusiasta los informes. Probablemente ese alguien fue el GCI, que se convirtió, con bastante rapidez, en otra pesadilla burocrática que absorbía la mayor cantidad de dinero posible mientras realizaba el menor trabajo que podía hacer. Después de todo, no se puede. afirmar que el objetivo principal del gobierno sea el de desempeñar un trabajo productivo. Su meta es la de despilfarrar dinero. El asunto de los platillos voladores nunca constituyó un botín suficientemente atractivo para la burocracia. En 1952, la CIA congregó a un grupo especial de científicos para decidir que los platillos voladores no existían y que sólo eran una forma de perder el tiempo. Desde 1952 hasta 1967 el gobierno norteamericano, y también la CIA, aparentemente sólo le prestaron una atención simbólica a dicho fenómeno, aun cuando el capitán Edward Ruppelt de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, aseveró que el gobierno estaba gastando millones de dólares anualmente en la investigación acerca de los OVNIS. Después admitió con modestia que incluso una vez examinó un pedazo de estiércol de vaca porque creía que era una prueba de la existencia de los visitantes extraterrestres. A mediados del decenio de 1960 a 1970, la Universidad de Colorado despilfarró medio millón de dólares —de nuestros impuestos— al realizar un estudio sobre OVNIS auspiciado por la Fuerza Aérea, el cual fracasó como consecuencia de varios conflictos de personalidad que se suscitaron.
El director del proyecto, el doctor Edward Condon, incluso envió una banda de música a una zona desierta porque le informaron que probablemente un OVNI aterrizaría allí. Cuando uno tiene en mente todas las otras tonterías y las une con este soso proyecto, puede deducir que ese fue el momento más sublime del doctor Condon. Poco tiempo después algunos de sus científicos más destacados fueron arrestados por fumar mariguana. 
 En una ocasión, un oficial del Pentágono me informó que la investigación de un solo caso de observación de un OVNI les costó 10,000 dólares. Durante mucho tiempo intenté apoderarme del informe sobre el presupuesto de Proyecto Bluebook, pero estaba enterrado dentro del presupuesto general de relaciones públicas y no se podía sacar a la luz. Según me informó una secretaria, la tarea más pesada era la de contestar el "correo infantil". Sin embargo, el día que fui a visitar al teniente coronel Maston Jacks, una niñita entró en la oficina y depositó en el escritorio una gran carpeta de color rojo que contenía recortes de periódico y en la portada decía "Estrictamente Confidencial", así es que probablemente el servicio de recortes de periódico formaba parte de sus gastos. Mis experiencias con los civiles expertos, con los apologistas de la Fuerza Aérea norteamericana y con los científicos que fumaban mariguana, me convencieron de que sólo había una manera de descubrir lo que estaba sucediendo. Era necesario que fuera al campo a investigar una observación reciente que yo mismo experimentara. 
                                                                            (CONTINUARÁ)

Artículo publicado en la revista mexicana Contactos extraterrestres N° 94 (6 de Agosto, 1980)